viernes, 18 de septiembre de 2009

Soberanía alimentaria


En Ecoindalo, la producción que hacemos de alimentos no tiene solo una componente mercantil; partimos de hacer nuestra la frase de que la tierra no es una herencia de nuestros padres sino un préstamo de nuestros hijos; y siendo así, esa producción tiene necesariamente otros componentes. Evidentemente cuando hablamos de sostenibilidad, también impregnamos el concepto de viabilidad desde el punto de vista económico y por nuestro trabajo esperamos una remuneración digna que garantice los puestos de trabajo que generamos, incluidos los nuestros. Podría decirse que intentamos vivir una racionalidad ecológico-campesina más que una racionalidad económico-empresarial, con todas las connotaciones que conlleva. Los alimentos que producimos no se subordinan a ninguna lógica mercantil y hace tiempo que "nos salimos" de la dinámica de producir mercancias que generen beneficios pensadas para la exportación o para el mercado mejor postor. Nuestra apuesta decidida por los mercados de cercanía nos condujo hace años a proyectar nuestras plantaciones para el mercado interno, unido esto a la diversidad de cultivos y a la demanda creciente de nuestros consumidores/as más cercanos, a fecha de hoy manejamos en una superficie cercana a las tres hectareas más de 50 referencias distintas producidas al unísono; (20 variedades de tomate, 7 de pimiento, 6 de calabacín, 5 de zanahoria) y muchas de ellas son locales y reproducidas por nosotros mismos. Intentamos crear redes de reciprocidad con nuestros aliados naturales, consumidores y consumidoras unidos por la garantía de una soberanía alimentaria que no se desentienda de las necesidades sociales y agroecológicas. Clarita, (así se llama nuestra mejor clienta y acompaña su fotografía estas lineas), representa la síntesis de nuestro discurso, por cuanto nos responsabiliza en el momento de suministrar a sus padres su alimento y nos compromete en el día a día para seguir apostando por la Soberanía Alimentaría y considerar la alimentación y el bienestar nutricional como un derecho fundamental.

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